Son múltiples las quejas que nuestro Colegio, al igual que el de Andalucía, ha recibido en torno al incumplimiento de plazos en la entrega de mercancía sanitaria adquirida a través de internet, en concreto camillas y, en muchas ocasiones, compradas a una misma empresa. La frustración de los colegiados es entendible, ya que al parecer reciben una información verbal que no se corresponde con la contratación escrita y se sienten estafados. Por ello, compartimos esta información que han publicado recientemente los compañeros del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía:

¿Qué debemos tener en cuenta?

                1º La primera advertencia que hacemos es que un fisioterapeuta que compra una camilla para su trabajo, no es considerado consumidor, por lo que carece de protección que otorga la Ley sobre derechos de los consumidores y usuarios. Esto significa, que en caso de que surjan problemas, solo podrá acudir a los juzgados, con los costes y la demora que ello conlleva.

Esto es lo que dice la letra pequeña de alguna web al respecto:

                “Esta web está dirigida a profesionales y a empresas, no a particulares, consumidores o usuarios finales, los productos se consideran exclusivamente de uso profesional, por lo que no pertenece al ámbito de aplicación el derecho de desistimiento recogido en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios”.

               2º.- Si va a personalizar su camilla, ya sea en el color, materiales, bordados o cualquier complemento que no forme parte de una camilla montada en serie, normalmente encontrará cláusulas que le impedirán el desistimiento y devolución. Piénselo bien antes de comprar.

Rescatamos (y agrandamos) la letra pequeña de una web como ejemplo:

                “Todo aquel producto y en especial productos de alto valor, personalizados, por encargo, de fabricación especial, importaciones, etc., que se tengan que pedir o fabricar como consecuencia de un pedido generado por un cliente, no admitirá cancelación pasadas 24 horas tras la formalización del pedido y siempre previo consentimiento de la empresa por escrito, independientemente de la forma de pago utilizada, teniendo el cliente la obligación de cumplir el contrato.

En ningún caso se admitirá la devolución de los siguientes productos:

Productos personalizados, por ejemplo, aquellos en los que se inserta, de forma indeleble, el logotipo, nombre o cualquier otro dato suministrado por el cliente. Productos fabricados a medida o bajo pedido, tales como camillas, mesas de trabajo, jaulas de veterinario, etc. que difieran de las medidas o colores estándar. Productos fabricados o configurados siguiendo las indicaciones del cliente en cuanto a colores, materiales o accesorios”.

                3º.- Da igual lo que le diga el comercial que le atienda por teléfono, el contrato (lo escrito) es lo que manda. Una camilla de la que se asegura está servida en su clínica en 10 días, es una promesa que no sirve de nada, cuando en el contrato hay clausulas como ésta:

                “Los productos de fabricación se envían siempre a través de agencias de transporte, en un plazo estimado de entre 20 y 90 días laborables desde la formalización del pedido, este plazo puede variar en función de la carga de trabajo existente, de las características solicitadas.

 

                No obstante lo anterior, toda vez que el cumplimiento de dichos plazos depende también de terceros, la empresa no puede garantizar un plazo inferior a 30 días hábiles”.

                En este ejemplo, es un máximo de 90 días laborales, sin contar agosto y desde nochebuena hasta final de reyes y, sin contar sábados y domingos. El plazo se puede prolongar a más de 4 meses en el mejor de los casos.

                4º.- Y si esto no es suficiente, lea toda la letra pequeña para luego no llevarse desengaños.

                “En ningún caso se devolverá el dinero, y se emitirá un vale por su valor, descontando los gastos de envío iniciales, manipulación, y gastos derivados por formas de pago. Este vale tendrá validez de un año desde su emisión.

                En caso de devolución por indicación del cliente una vez se ha generado el envío o en caso de rechazo del envío sin aviso previo, el cliente está obligado al pago de los gastos generados, independientemente de la forma de pago utilizada.

En el caso de las camillas, el importe mínimo para cubrir los gastos, es de 250 euros por unidad, en concepto de gastos de envío, devolución y gestión, reservándonos el derecho de reclamar cualquier otra cantidad por otros conceptos, y el cumplimiento del contrato al tratarse de productos personalizadas con colores, anchos, accesorios especiales o fabricados bajo pedido

Nota: El transporte de mercancías voluminosas tales como camillas, sillones, mesas de trabajo, vitrinas, etc. no incluye el servicio de subir escaleras. El cliente puede consultar el precio de los servicios adicionales de transporte a través de correo electrónico

“Importante: Ni la empresa ni la agencia de transportes serán responsables cuando la entrega de mercancía voluminosa no sea posible debido a estrechez de puertas, o de pasos, escaleras, etc”.

Y finalmente, después de esperar su camilla, si es que le llega en plazo, si cuando la recibe observa desperfectos o no es la que quería, no habrá oficina de consumidor, mediación de consumo o cualquier otra alternativa. Tendrá que ir al juzgado y defender sus derechos allí.

En resumen, el Colegio aconseja:

– Cerciorarse bien a qué empresa le está comprando. Una simple búsqueda en Google, puede ofrecernos muchos datos sobre la fiabilidad de una empresa.

– Antes de comprar, leer las condiciones de contratación.

– Comparar productos y preguntar a compañeros, no base la decisión exclusivamente en el precio.

 

Fuente: Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía