Hoy se celebra el Día Mundial contra el Parkinson. Se estima que afecta a cerca de 3.000 personas en la comunidad de Extremadura, a más de 160.000 personas en España, y a más de 8 millones y medio de personas en todo el mundo. Una enfermedad donde el papel del fisioterapeuta es fundamental dentro de un abordaje multidisciplinar. Hoy hablamos con nuestro colegiado Pedro González Ramos, estudió fisioterapia en Badajoz y lleva casi cuatro años trabajando en la Asociación Regional Parkinson Extremadura. Él sabe mucho de esta enfermedad, la fisioterapia neurológica se ha convertido en el motor de su vida, concretamente, el tratamiento de estos pacientes que le reportan diariamente grandes satisfacciones tanto en lo laboral como en lo personal.

¿Qué papel juegas, como fisioterapeuta, en el tratamiento de los pacientes con Parkinson?

Pretendo realizar un trabajo activo durante todo el proceso rehabilitador del paciente. Un proceso rehabilitador que es crónico y, por tanto, mantenido en el tiempo mientras las capacidades lo permitan. Insisto en este aspecto porque hay que afrontar el abordaje terapéutico teniendo en cuenta los intereses personales de cada individuo (aficiones, rutinas, relaciones sociales…) En las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson y/o parkinsonismos, necesitamos que el paciente esté motivado y que sea partícipe de su rehabilitación para poder obtener el máximo beneficio de la misma. El proceso evolutivo de la propia patología hace que los objetivos planteados inicialmente vayan sufriendo modificaciones que nosotros, como profesionales en la materia, debemos adaptar a sus necesidades y a su entorno, consiguiendo que sus rutinas se alteren lo menos posible.

En definitiva, creo que es muy importante abordar, desde este enfoque, los síntomas motores que aparecen en la enfermedad. Para ello debemos entrenar las capacidades que la persona necesita para funcionar de forma operativa en su día a día, y lo hacemos intentando que sus aptitudes se mantengan el máximo tiempo posible o que el proceso de empeoramiento se ralentice al máximo.

¿Qué te llevó a especializarte en esta rama de la fisioterapia o cómo terminaste tratando a este tipo de pacientes?

Siendo honesto, fueron las circunstancias laborales las que me enmarcaron en esta aventura que, a día de hoy, son el motor de mi vida. Esto no implica que me haya desvinculado de otras áreas más alejadas de la neurológica. De hecho, sigo realizando formaciones continuas para seguir creciendo como profesional y poder abarcar otras materias con la misma seguridad y confianza que esta que nos concierne hoy.

Independientemente del desempeño que pueda realizar en futuros momentos de mi vida, me atrevería a decir que el trato diario con el paciente neurológico es algo que no puede faltar en mi actividad laboral por las aportaciones que este tipo de afectados y afectadas me ofrecen en lo profesional y en lo personal. Es un aprendizaje constante y recíproco en la relación terapeuta-paciente que quizá en otras áreas, no se observe de la misma forma.

¿Qué rol crees que tiene la fisioterapia en enfermedades neurodegenerativas especialmente en el Parkinson?

La fisioterapia juega un papel muy importante en cualquier enfermedad neurodegenerativa desde el momento en el que ayuda a mejorar la calidad de vida de estos pacientes aliviando su sintomatología y, sobre todo, consiguiendo recobrar la máxima funcionalidad posible.

La fisioterapia en el ámbito neurológico y, en concreto, en Parkinson, debe abordarse desde diferentes puntos de vista. Además de enfocarlo hacia un trabajo puramente clínico, como puede ser la reeducación postural, trabajo de equilibrio, marcha, coordinación… debemos mejorar el aprendizaje de las actividades de la vida diaria desde un aspecto cognitivo y emocional. No podemos olvidarnos de la repercusión que pueden tener los problemas atencionales, de memoria, de funciones ejecutivas… en las tareas motoras que se quieran trabajar. El rol del fisioterapeuta en este tipo de patologías es muy amplio. No podemos quedarnos anclados en el concepto simple de mejora física y objetivo a corto plazo. La implicación necesaria trasciende a todos los entornos del paciente: familiares, cuidadores directos, contexto laboral, personal, social…

En la enfermedad de Parkinson, como en todas las enfermedades crónicas, neurodegenerativas, el rol de acompañamiento debe estar instaurado desde la primera toma de contacto. Debemos acompañar al paciente y a su entorno durante todo el proceso y lo que este implica, desde que es diagnosticado hasta estadios más avanzados, donde los síntomas son más graves e incapacitantes.

Otro aspecto importante que destacar en la rehabilitación neurológica es la labor educativa. El fisioterapeuta también asume esa responsabilidad que repercute en la mejora de la calidad de vida y aceptación de la enfermedad. Es vital instruir a los pacientes sobre los síntomas que puedan aparecer, así como a sus familiares y/o cuidadores directos. Es muy extensa la sintomatología que puede llegar a darse en algún momento de la evolución en la enfermedad de Parkinson: motora y no motora, y por desgracia, hay muchas afecciones que los afectados desconocen y achacan a otras circunstancias. La instrucción correcta por nuestra parte, es necesaria para ayudar a la identificación y posterior paliación a nivel farmacológico y terapéutico.

¿Cuáles son los principales síntomas de esta enfermedad?

La enfermedad de Párkinson se engloba dentro de los trastornos del movimiento, alteración que se genera principalmente en los ganglios basales.

Existe una afectación de la Vía Extrapiramidal, lo que provoca una alteración de la regulación del movimiento, de la fluidez del mismo.

Los primeros síntomas que sufre el paciente suelen ser síntomas no motores, que no suelen conducir en la mayoría de los casos al diagnóstico de EP. Normalmente, hasta que no aparecen los primeros síntomas motores no se efectúa el diagnóstico definitivo.

Los síntomas motores a destacar son la bradicinesia, que podemos decir que es el síntoma principal, y que consiste en la disminución de la amplitud y la velocidad del movimiento. La rigidez, que se puede definir como la resistencia al movimiento y que supone un síntoma muy importante, ya que el 90% de los pacientes la sufren. Esto en muchas ocasiones genera dolor, un dolor que se convierte en un lastre para el paciente y lo acompaña de manera continua.

En contraste con la incidencia de la rigidez encontramos el temblor, que frente al 90% del primero se representa solo en el 30% de los pacientes, a pesar de que comúnmente es el que más se relaciona con la enfermedad.

Otro de los síntomas motores es la inestabilidad postural, influenciada también por las alteraciones posturales, todo esto hace que el equilibrio de la persona se vea afectado.

Además, debemos tener en cuenta la dificultad que presentan para coordinar movimientos alternantes, que unido a todo lo mencionado anteriormente hace que la marcha sea más dificultosa, perdiéndose el braceo, apareciendo inestabilidad en los giros, el fenómeno de la festinación y los bloqueos o freezing. Además de esto, existen muchos síntomas no motores que van a interferir en nuestras sesiones, haciendo que su desarrollo sea más complicado, por ello hay que tenerlas presentes y saber manejarlas.

¿Cuál suele ser el perfil de paciente que la padece? ¿Ha ido cambiando con los años?

En España el 70% de los afectados por enfermedad de Parkinson son mayores de 65 años. Un 15 % menores de 50 (Parkinson de inicio temprano) y otro 15% en la franja de edad situada entre los 50 y los 65. Se trata de una enfermedad de distribución universal, aunque se han sugerido diferencias interétnicas como un mayor riesgo en poblaciones hispanas. Siendo la raza caucásica la de mayor prevalencia. Los últimos estudios demuestran que el riesgo de desarrollar esta patología es dos veces mayor en los hombres que en las mujeres, pero las mujeres experimentan una progresión más rápida de la enfermedad y una tasa de supervivencia más baja. Así mismo, existen evidencias científicas que explican las diferentes características clínicas entre mujeres y hombres con Parkinson, presentando síntomas motores y no motores distintivos a medida que progresa su enfermedad. Según los últimos estudios, en 2040 el párkinson superará los 12 millones de personas afectadas en el mundo.

Respecto a las dos últimas décadas en Extremadura, sí observamos que el paciente parkinsoniano que acude a consulta ha variado. Por un lado, en cuanto a número de pacientes (por el envejecimiento propio de la población) y por otro, el llamativo incremento de pacientes con una edad temprana de aparición y diagnóstico, siendo cada vez más jóvenes quizá debido a los hábitos que han ido instaurándose en la sociedad a nivel laboral, familiar, alimentarios y de ocio.

¿Hay alguna recomendación general que se pueda dar a estos pacientes estando en casa o en su día a día?

Mi recomendación siempre es adoptar un estilo de vida saludable, donde el descanso, la alimentación, la actividad física y el cuidado de la salud mental cobren protagonismo.

Mantenerse activo en las actividades de la vida diaria, aunque haya que modificar la manera de realizarlas. Conocer la enfermedad e informarse de sus posibles síntomas y cómo afrontarlos, tanto el paciente como el entorno familiar y social. Comenzar con la mayor rapidez con el tratamiento rehabilitador y no esperar a que los síntomas comiencen a producir grandes afectaciones, esto será primordial.

Imagino que el tratamiento para estas personas debe ser multidisciplinar, ¿desde la sanidad pública se le da cobertura a la fisioterapia en el paciente en nuestra región?

Por desgracia no, como ocurre con la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas en la sanidad pública, orientada principalmente a atender procesos agudos, no se les da asistencia más allá de las visitas anuales, o en el mejor de los casos semestrales, con el neurólogo. Y claro está, esto se queda muy escaso en este tipo de afectaciones crónicas que necesitan un manejo multidisciplinar que intervenga desde el diagnóstico y durante todo el curso de la enfermedad, contar con un equipo de profesionales de la salud que día a día trabajen con el paciente de forma estrecha para abarcar el problema desde las diferentes áreas (logopedia, terapia ocupacional, psicología y fisioterapia) con el objetivo de ayudarlo y de ralentizar y hacer más llevadero todo el proceso de la patología.

Esta es la labor que se pretende llevar a cabo desde centros como en el que trabajo, donde se ofrecen, además de las terapias, orientación, apoyo emocional e información sobre ayudas y recursos sociales a las personas afectadas y a sus familiares y/o cuidadores.

Algo que quieras reivindicar en este día desde tu profesión/especialidad..

Aprovechando este día me gustaría dar la importancia que se merece a las personas que sufren esta enfermedad, que en muchas ocasiones se sienten rechazadas por la sociedad, casi siempre por el desconocimiento que tiene la población en general de esta patología. De ahí la necesidad de la labor de sensibilización con una dolencia que apunta a ser la enfermedad neurodegenerativa principal en unos años.

Proporcionar a estos pacientes la atención especializada con la frecuencia que se necesita, precisa de grandes recursos. Por desgracia ahora mismo estos recursos no son suficientes, y muchos enfermos y enfermas de parkinson y/o parkinsonismos no tienen acceso a ellos. Por este motivo me gustaría aprovechar este altavoz para concienciar de la necesidad de más financiación para tratar una enfermedad, que, con mucha probabilidad, nos puede tocar muy de cerca en un futuro no muy lejano. Si es que no lo está haciendo ya.